Re-organizar el conocimiento
Si queremos avanzar
hacia un nuevo paradigma, el racionalismo científico deberá
necesariamente enriquecerse de la sabiduría de culturas que
desarrollaron una percepción del mundo a través de otras
formas de acceso al conocimiento.
Del libro de Rodolfo
Kush La negación en el pensamiento popular (Ed. Cimarrón,
Bs. As., 1975) extraje la siguiente cita: El
matemático Brower advierte sobre la dificultad que media en
pasar de la falsedad a la verdad. “Entre lo que se ha demostrado
falso y lo que se ha comprobado verdadero hay lugar para lo que no
está ni verificado ni reconocido absurdo” ...La ciencia
responde sólo a una faz del hombre, ya que satisface la puesta
en conciencia de lo que aparentemente no era conciente... ¿Pero
acaso esto excluye la posibilidad de que grandes áreas negadas
puedan convertirse en ciencia?
Y en su libro Caos, Eros y Gaia, Ralph Abraham dice: “Debemos aprovechar los mejores rasgos de las antiguas tradiciones
–paganas, órficas y arcaicas- como así también
las del mundo moderno. Muy especialmente, tenemos que usar las matemáticas
en su rol sagrado, nexo entre Cielo y Tierra, para restituir nuestra
conexión espiritual con la trama divina que ha guiado nuestra
evolución a través de los desafíos y metamorfosis
que hemos encontrado a lo largo de nuestra línea genética”.
Cabría
preguntarse entonces, ¿para qué queremos conocimiento
si no nos sirve para vivir en armonía con el mundo que nos
rodea y entre nuestros semejantes?
Imagino el universo
como una trama compuesta de espacio, tiempo y conciencia inextricablemente
entretejida, vibrando en diferentes frecuencias y profundamente interconectada
en sus niveles subatómicos, evolucionando simultáneamente
e influenciándose recíprocamente según regiones
diferentes del espacio y del tiempo.
Somos relativamente conscientes de que de acuerdo a nuestra interrelación
con el mundo que nos rodea, nuestros átomos podrían
vibrar o no en armonía con la trama universal.
Del concepto de armonía
surgirían todas las visiones místicas de bienaventuranza
imaginables (nirvana, paraíso, vida eterna, reencarnaciones,
etc.) y del concepto de desarmonía, todas las perspectivas
místicas del dolor (satanás, el purgatorio, el castigo
de los dioses, el karma, el infierno, etc.) sin por ello dejar de
ser arquetipos de una realidad racionalmente mensurable y desplegada
en cientos de metáforas legendarias a partir de la cual se
edificaría la mitología de todas las culturas.
A manera de ejemplo va este escrito surgido en mis intentos por comprender
a la gran civilización Maya.
La evolución de la vida y la cuenta del tiempo
Una correlación entre el calendario Maya y la historia de
la Tierra.
Los Mayas descubrieron una forma de contar el tiempo que representa,
mejor que cualquier otra, la posibilidad de establecer ciclos o períodos
de tiempo intrínsecamente coherentes.
Así:
1 kin |
1 día |
|
1 tun |
360 kines |
0,986 año |
1 katún |
20 tunes |
19,7 años |
1 baktún |
20 katunes |
394,24 años |
1 pictún
|
20 baktunes |
7.885 años |
1 calabtún |
20 pictunes |
157.696 años |
1 kilchintún |
20 calabtunes |
3.154.000 años |
1 alautún
|
20 kilchintunes |
63.078.000 años |
y también:
13 baktunes |
5.125 años |
13 pictunes |
102. 500 años |
13 calabtunes |
2.050.000 años |
13 kilchintunes |
41.000.000 años |
13 alautunes |
820.000.000 años |
El alautún
es una unidad muy útil para medir la evolución de la
biogeología terrestre. El número sagrado de los Mayas
es el 13 (y sus múltiplos 26 y 52). Así, considerando
la edad estimada de formación del sistema solar en 4670 millones
de años (ma.), encontramos que hasta la edad de formación
de la Luna (3850 ma.), pasaron 13 alautunes. A partir de que la Tierra
contó con un satélite natural se estabilizaron sus condiciones
físicoquímicas, climáticas y tectónicas,
lo cual permitió la aparición posterior de la vida;
26 alautunes después sobrevino el acontecimiento de hace 2200
ma. cuando se produce un importante cambio físicoquímico
de la atmósfera terrestre permitiendo el desarrollo de las
bacterias aeróbicas; 26 alautunes más tarde nos encontramos
en el inicio del período Cámbrico (570 ma.) que implicó
la aparición y desarrollo de organismos pluricelulares macroscópicos.
Para el cierre del próximo ciclo de 13 alautunes faltan nada
más que 250 ma., así que no podremos presenciar el próximo
gran salto evolutivo de la vida.
A muchos de nosotros
nos gustaría que grandes acontecimientos ocurrieran en nuestra
época, para poder contemplarlos o ser parte de ellos y muchas
veces forzamos las predicciones para que esto coincida con nuestro
limitado tiempo de vida.
Mucho se está
hablando por estos días de un próximo gran acontecimiento
que, según las predicciones mayas ocurrirá en el año
2012, esto es la finalización de un ciclo de 13 baktunes (5125
años).
Tal vez algunos
autores estén sobredimensionando el significado de la finalización
de este ciclo, que de todas maneras sí podría marcar
importantes cambios sociales, aunque no el ingreso a una nueva dimensión
evolutiva como auguran los más exaltados.
La cultura Maya desarrolló una exquisita capacidad para contar
el tiempo configurando el calendario más preciso jamás
conocido, su conocimiento y desarrollo de la astronomía fue
portentoso y si bien es poco probable que hayan conocido la historia
de la Tierra tal como la concebimos hoy día, sí pudieron
encontrar patrones cósmicos que sincronizaban con su sofisticada
concepción del tiempo y que podían aplicarse al conocimiento
del mundo natural.
Si esta cultura identificó cuantos temporales que armonizaban
con la trama universal (de la cual la matemática es su lenguaje),
y estos patrones son coincidentes con los grandes hitos de la evolución
de la vida en la Tierra, cabe concluir que la modificación
de la trama universal influye en la evolución de la vida y
que el estudio de este proceso en la Tierra nos puede orientar en
la historia del sistema solar, de nuestra galaxia y de los últimos
cuatro mil millones de años de historia del Universo.
La cuenta del tiempo
de los Mayas comienza en el 3113 AC. Según la predicción
de Pacal Votan el fin del baktún 13 cerraría un ciclo
trascendental (¿cultural?, ¿histórico?, ¿climático?)
de 5125 años ¿qué importancia tendrá la
finalización del baktún 20 (es decir, cuando se complete
un pictún) dentro de 2760 años?
La finalización
del pictún anterior necesariamente la debemos remontar al inicio
de la cuenta del tiempo, ¿qué cambios históricos
importantes observamos? Nada menos que el desarrollo de la rueda y
la escritura en la antigua Mesopotamia, pero lo que más conmovió
a la estructura social de la antigüedad fue una nueva concepción
religiosa (de la Diosa al Dios) que influyó hacia el desarrollo
de una sociedad patriarcal dominadora. ¿Qué pasó
con la humanidad durante el pictún anterior?
Según
los estudios arqueológicos, los asentamientos humanos estaban
organizados en tribus o clanes que trabajaban la tierra, cazaban,
pescaban y recolectaban, regidos por una matriarca y venerando a la
diosa-madre, la Tierra. Este pictún habría comenzado
hace exactamente 13000 años cuando se produjo un importante
cambio climático: el fin del último período glacial.
Este cambio marcó nada menos que la finalización de
cien mil años de clima frío y cambiante con tres picos
de fuerte avance de los hielos polares, y el ingreso a un clima templado
y estable, lo cual permitió el desarrollo de los procesos culturales
civilizatorios en todo el mundo. Este largo período de clima
caótico duró 13 pictunes, es decir desde hace 115.500
años hasta hace 13.000 años.
Hasta aquí podemos observar que el katún (19,7 años)
es la medida para establecer ciclos generacionales. El baktún
nos es útil para las edades históricas dentro de una
misma cultura y el pictún nos daría la medida de un
cambio de ciclo histórico que afectaría a toda la humanidad
a la manera de los campos morfogenéticos.
¿Qué
está representando entonces el ciclo de 13 baktunes? Creo que
se trata de un cambio de paradigma dentro del mismo ciclo histórico
de una civilización. Si consideramos que hace aproximadamente
13.000 años se inició un pictún, comparativamente
la finalización del ciclo de 13 baktunes (5125 años)
de ese pictún nos conduciría al año 5885 AC,
hace aproximadamente 8000 años. ¿Cuenta la arqueología
con datos suficientes para dar una respuesta a si hubo un importante
cambio cultural?
“En un asentamiento
humano descubierto en el norte de Siria denominado “Tell Halula”
datado entre 8800 y 6800 años, se observa que en un período
de no más de 800 años [alrededor de hace justamente
8000 años] se produce la transformación hacia una cultura
agrícola – ganadera con fuerte intercambio comercial.
(Miquel Molist, Investigación y Ciencia, abril 1994,
p. 30)
También hemos visto que el ciclo de 13 pictunes nos está
hablando de cambios climáticos trascendentes, y si bien a medida
que ahondamos en el tiempo los datos con que contamos se vuelven difusos
y a veces contradictorios, podemos establecer una malla más
gruesa para acontecimientos importantes que están bien establecidos
como por ejemplo el inicio del último gran ciclo glacial; aquí
debemos utilizar otro patrón temporal: el calabtún y
así encontramos que si contamos 3 calabtunes a partir de 115.500
(inicio del ciclo glacial “Würm”) llegamos a la cifra
de 588.600 años
Según los ciclos de Milankovich el inicio de la llamada glaciación
de Gunz se ubica cerca de los 590.000 años. Estos cambios climáticos
tuvieron trascendental influencia en el desenvolvimiento de las primitivas
especies humanas (Homo Erectus).
Si a partir de
este acontecimiento, nos desplazamos 9 calabtunes hacia el pasado,
llegamos al exacto inicio del período cuaternario (2.000.000
de años), un hito en la historia de la Tierra, el fin de la
Era Terciaria donde culminaron los procesos orogénicos de formación
de las principales cadenas montañosas de la actualidad y posiblemente
el comienzo de un gran salto evolutivo: el pensamiento reflexivo.
Es al inicio de este período donde comienzan a aparecer las
primeras evidencias de utilización de herramientas por los
primitivos homínidos más evolucionados.
Aquí conviene
detenernos y observar que a partir de este gran acontecimiento han
pasado más de 12 calabtunes, y que en esta escala de tiempo
apenas faltan poco más de 40.000 años para la finalización
de un ciclo de 13 calabtunes (2.050.000 años)
Nuevamente cambiaremos de escala para ahondarnos más en el
pasado de la historia de la vida y de la Tierra y para ello recurriremos
al alautún. Así, dos millones de años más
un alautún nos conduce a 65 ma., que no es otra cosa que el
fin brusco y dramático de la era Mesozoica marcado por una
extinción en masa de las especies vivientes, entre ellas las
de los dinosaurios, aparentemente por el impacto de un gran meteorito
o cometa.
Si este acontecimiento
fue espectacular y devastador, el fin del Paleozoico hace 254 ma.
fue aun más dramático pues desaparecieron el 90% de
las formas de vida, hubo un importante y transitorio descenso del
nivel del mar e importantes manifestaciones volcánicas; algunos
autores consideran que, también en este enorme suceso, el responsable
fue un gran impacto extraterrestre. Entre ambas extinciones masivas
que representa la exacta duración de la era Mesozoica se sucedieron
3 alautunes (189 ma.) y si nos sumergimos 3 alautunes más en
el pasado nos encontramos en una importante transición dentro
de la era Paleozoica, el fin del período Ordovícico,
hace 442 ma. marcado por movimientos tectónicos y otra importante
extinción masiva.
Sumando dos alautunes
más llegamos a uno de los hitos más grandes de la historia
de la Tierra: el inicio de la gran era Fanerozoica (en la que aún
nos encontramos) destacada por la irrupción sin precedente
de formas de vida macroscópicas hace 570 ma. Antes de este
cambio fundamental, la vida estuvo representada exclusivamente por
formas microscópicas que evolucionaron a lo largo de nada menos
que 3.000 millones de años.
Aquí otro cambio de escala: los 13 alautunes = 820 ma. Hace
1390 ma.(570 + 820) las formas de vida evolucionaron de unicelulares
a pluricelulares, dominando en la estructura de la vida las células
nucleadas (eucariotas).
De 2210 a 1390
ma. la vida estuvo representada por eucariotas unicelulares pero que
interactuaron con el oxígeno atmosférico. Antes de 2210
ma. la vida en la Tierra se desarrolló en un ambiente anaeróbico
y los primeros organismos eucariotas anaeróbicos pueden haber
aparecido hace 3030 ma., el inicio de otro ciclo de 13 alautunes.
Entre 3850 y 3030
ma. la vida dominante era de procariotas anaeróbicos muy primitivos
y al inicio de este ciclo la vida primitiva emergió en el océano
primordial, aparentemente después de la formación de
la Luna. El ciclo inicial de 13 alautunes, los primeros 820 ma. de
existencia de la Tierra, es el denominado período Hadiano (de
Hades = infierno) pues la Tierra fue golpeada una y otra vez por los
cuerpos sobrantes de la estructura inicial del sistema solar impidiendo
la existencia de condiciones favorables para el desarrollo de la vida.
Por supuesto, el calendario maya es algo más complejo que
ordenar los días en tunes y los tunes en múltiplos de
20; contempla también el ciclo de 365 días llamado haab,
el sagrado de 260 días llamado Tzolkin, y los ciclos lunares
en una conexión compleja y exquisita. Así, cada 52 años
se repite el mismo día, pues hay 18980 días diferentes.
Esta muy ajustada correlación entre las medidas temporales
de la cultura maya y los principales acontecimientos de la
evolución de la vida y de la Tierra nos habla de una delicada
conexión de esta cultura con la trama universal; su elaborado
grado de conocimiento del movimiento de los astros, su concepción
cosmogónica y su intuición para aplicar este conocimiento
en la naturaleza y en la vida diaria, es una invitación a
que estudiemos, profundicemos y comprendamos la gran sabiduría
de esta notable civilización, lo cual puede ayudarnos a “restituir nuestra conexión espiritual con la trama divina
que ha guiado nuestra evolución”.(Ralph Abraham).