Poseedores de la energ�a vital m�s profunda y
desaprovechada, estos personajes son las usinas de energ�a alrededor
de los cuales giran todos los dem�s temperamentos, de id�ntica forma
a lo que sucede en el sistema solar; en cuestiones de reserva energ�tica,
s�lo marcianos y uranianos pueden compar�rseles.
El m�s r�pido test para reconocer a un solar
consiste en lo que sucede cuando llega a una reuni�n: lo
llena con su presencia aunque no diga ni haga absolutamente nada.
Dentro de una casa, el solar hace subir el voltaje
general a�n acurrucado en un ba�l del s�tano.
Pero �l es un ser inocente que adora la paz, la quietud
y el abandonarse a lo bello.
Sensible y bondadoso, suele ser una v�ctima de las
circunstancias: lo ven tan fuerte que recurren a �l (o a ella) para
cuestiones de vida o muerte, por lo que generalmente el solar termina
amando m�s a las plantas y animales que a los vamp�ricos seres humanos.
Estos sujetos apenas nacen ya comienzan la construcci�n
de sus peque�os sistemas solares para vivir en paz el resto de sus
vidas.
Previsores y constantes, suelen ver en la madurez
una posibilidad para lo sereno y contemplativo, y �ste es uno
de los escasos temperamentos que teme poco a la vejez y la muerte.
Son francamente generosos y generosamente francos.
El problema de estos verdaderos solcitos consiste en las violentas
erupciones que - como las manchas solares - cada muchos a�os les sobrevienen:
en esos momentos es mejor no estar cerca de uno de ellos, como tampoco
hubiese convenido estar en Pompeya cuando lo del Vesubio.
Como los volcanes, en pocos segundos un solar indignado
por la injusticia o la mentira puede tomar decisiones que afectar�n
profundamente no s�lo su vida sino la de todos los que le rodean,
y esto durante muchos a�os.
Extraordinariamente quijotescos, se levantan a defender
a los d�biles y oprimidos aun a riesgo propio, pero a no enga�arse:
realmente son conservadores, no revolucionarios. Muchos problemas
del solar surgen del exceso de energ�a contenida que poseen, y que
muy rara vez canalizan adecuadamente.
Suelen evadir los cuestionamientos profundos y aman
lo simple y lo afectivo, y se tienen la profunda confianza de que,
si las circunstancias lo requieren, ah� estar� su principal tesoro
aguard�ndolo: la inagotable energ�a que surge de su interior pero
a la que s�lo recurren en las emergencias. Por eso son uno de los
temperamentos que m�s desaprovechan sus potencialidades; a la vez,
el no conocer suficientemente su intensidad vital, hace que muchas
veces sean arrastrados por esa fuerza en contra de su voluntad.
El lugar predilecto del solar es un campo abierto,
con muchos animales y plantas, mucho silencio poblado de ruidos de
aves y de brisas, risas de ni�os flotando por ah� y por all�, y un
largo horizonte donde reencontrarse en cada ocaso con su astro regente...
La mejor imagen del solar es la de un volc�n buenoide,
que s�lo busca que haya florcitas y pajaritos en sus laderas, pero
que cada tanto...
Frase predilecta de este temperamento:
�Vamos a tomar algo y conversar bajo aqu�l �rbol�