En Cosmoenerg�tica decimos que hay cosas relacionadas
de una forma curiosa entre s�, incomprensible para la raz�n, pero
que igualmente causan la sensaci�n de certeza.
Por ejemplo, ver salir la Luna hace surgir en nosotros
sentimientos po�ticos... pero adem�s, las estad�sticas demostraron
que es precisamente a esas horas cuando los grandes poetas tienden
a nacer.
�Cu�l es la l�gica de esto?
Ninguna. Y sin embargo, nos parece l�gico.
Como ya hemos visto, eso se repite con las particularidades
de Urano, con Neptuno y las aguas, con los guerreros y Marte, con
el Sol y la energ�a, etc. etc.
Ahora veremos otro caso, no menos pintoresco que los
dem�s: el de Plut�n, el Dios del Hades.
En primer lugar, es el planeta m�s lejano, y as� como
se resiste a revelar su fisonom�a, tambi�n es muy dificultoso desentra�ar
su relaci�n energ�tica con la vida de la Tierra.
Por la lentitud y el apartamiento de su �rbita, necesitaremos
a�n muchos a�os para que Plut�n nos revele totalmente sus dos caras:
la f�sica y la energ�tica. Pero as� como cada d�a sabemos m�s sobre
el sistema Plut�n - Caronte (en realidad, no son planeta y sat�lite,
sino un sistema binario, puesto que orbitan uno en torno del otro),
as� tambi�n cada d�a sabemos m�s sobre su relaci�n con nosotros.
Seg�n nuestras investigaciones, los plutonianos se
parecen extraordinariamente a las caracter�sticas f�sicas de su regente;
parecen siempre lejanos, indescifrables, cr�pticos, sumidos en una
observaci�n que en realidad es suprasensible, aunque no aparente.
Es decir: un plutoniano es un ser que capta todo lo
que le rodea de una forma profund�sima, pero no mira directamente
a los ojos; capta todo de costado, haci�ndose el distra�do, como mirando
a otra parte.
Parece que estuviera siempre �en las nubes�.
Pero aunque es capaz de irse interiormente a los quintos
infiernos en plena conversaci�n, eso no debe enga�ar: permanentemente
est� vi�ndolo todo con sus rayos X interiores, con esos ojos que parecen
mirar los abismos m�s profundos a trav�s de nosotros. Siempre est�
vigil�ndonos tal como vinimos al mundo, es decir, desnudos de cuerpo
y alma.
Muchas veces, estas personas tienen fama de
ps�quicas, es decir, tienen una capacidad de percepci�n tan profunda
que los dem�s dicen de ellas que son videntes, etc.
Otra notable relaci�n se da con el nombre de los dos
planetas del sistema y la particular atracci�n que parecen sentir
los plutonianos con todas las cosas relacionadas con la muerte: Plut�n
era el dios de los Infiernos y Caronte el barquero que llevaba a las
almas de los reci�n muertos a ese lugar. La misma ubicaci�n
lim�trofe del sistema Plut�n - Caronte, y las extraordinarias caracter�sticas
de su �rbita, nos llevan tambi�n a un sentimiento de frontera del
sistema solar, a un sentimiento de conf�n, de p�rtico, de final...
comprobable a trav�s de las estad�sticas.
En efecto, el sentimiento clave de los plutonianos
es el de la terminaci�n de las cosas, lo que les ocasiona
simult�neamente miedo y atracci�n at�vica.
El plutoniano es altamente consciente de los l�mites,
de la constante vecindad del fin, del misterio de la transformaci�n.
Este sentimiento, esta contemplaci�n constante, perenne, es la que
ti�e cada segundo de la vida del plutoniano, y el causante de la mayor
parte de sus momentos de lejan�a con respecto a los dem�s, que no
dudan de calificarlo de ap�tico. Este sentimiento es tambi�n la causa
de que el plutoniano casi siempre est� boicoteando inconscientemente
los proyectos, tanto suyos como ajenos. Le resulta muy dif�cil ser
solamente creativo y no destructivo al mismo tiempo.
Tiene una profunda compulsi�n a terminar abruptamente
con todas las cosas (aunque en lo exterior no parezca que �l sea el
culpable, sino otros), lo que suele ocasionar que su vida entera est�
te�ida con la melancol�a secreta de las cosas abandonadas a medio
camino y de las personas alejadas para siempre.