Ayudemos
a las Especies Nativas que están Siendo Eliminadas,
No a PLAGAS
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Por Ricardo Barbetti. ricardo@muanbe.gov.ar
Helecho
(amambay) muy grande
(1.20 m), originario del Delta y de la costa del Río de la
Plata. |
Las
plantas autóctonas tienen una belleza inmensa, y están
adaptadas a prosperar con cuidados mínimos, y sin hacerse
plagas, en las regiones de donde son originarias; tienen orden,
armonía, belleza típica; son parte de la solución,
no un problema; son comida y refugio para los animales silvestres
y domesticados. Todos necesitamos que la vegetación tenga
esas cualidades. Entonces, ¿tiene sentido matar lo más
posible la vegetación nativa y poner plantas de otras regiones,
muchas de las cuales se hacen invasoras, nacen en cantidades grandes
donde no conviene, impiden que crezcan bien las plantas que se
desean, y no son buenas como comida para animales? Exactamente
eso hacen millones de personas en el mundo; no porque sean fanáticos
extremos, sino porque su experiencia no les da oportunidad de
darse cuenta de todo lo que dijimos
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Es extraño
que más del 95 % de las especies de plantas y de animales que
se cultivan y cuidan son de otros continentes; muchas funcionan, donde
fueron llevadas, como plagas invasoras que causan daños de muchas
clases. ¿Parece exagerado?
Entonces
veamos una lista de plantas que son, o están cerca de ser, plagas
graves en la Argentina y en otros países; ¿las conoce?:
De Asia:
paraiso (Melia azedarach), alcanforero, morera, bambú, madreselva,
glicina, Humulus japonicus, ligustrina, ligustro, algunos Cotoneaster,
Pyracantha coccinea, helecho serrucho (Nephrolepis cordifolia), níspero.
De Europa:
lirio amarillo (Iris pseudoacorus), mosqueta, hiedra (Hedera helix),
Vinca major, Vinca minor, laurel (Laurus nobilis), álamo, retama
(Spartium junceum), pasto pata de perdiz (Cynodon dactylon), pasto de
invierno (Poa annua).
De Africa:
ricino, espárrago helecho (Asparagus), palmera de canarias (Phoenix
canariensis), tamarisco, kikuyo, Crocosmia, "alegría del
hogar" (Impatiens).
De América
del Norte: acacia negra (Gleditszchia triacanthos), fresno, Acer negundo.
De América
Tropical: dondiego de noche (Mirabilis jalapa), Lantana camara, guarán
(Tecoma stans), campanilla azul (Ipomoea violacea), Asclepias curassavica
("bandera española), "enamorada del muro" (Ficus
pumila). Estas especies, y muchas otras invasoras, son cuidadas con
esmero; viveros grandes las reproducen y venden en cantidades enormes,
las recomiendan y elogian en revistas, cursos de jardinería y
por televisión. Todo esto ayuda a las especies que menos lo necesitan
y aumenta problemas. ¿No sería bueno dedicar ese cariño,
esmero y promoción a especies nativas que están siendo
extinguidas?
Propongo
conocer y aprender a valorar y querer el orden y la armonía de
la naturaleza, la belleza y la resistencia de las especies que crecían
en cada zona sin intervención de la decisión humana. En
la región donde está Buenos Aires son autóctonas
más de dos mil quinientas especies, más de treinta y cinco
son árboles. No se trata de estar contra las especies introducidas,
que en sus regiones de origen integran el orden natural, sino de estar
a favor del orden de la naturaleza en cada región. No quedarse
solamente con lo decorativo -es superficial- y con la facilidad de cultivo
y la resistencia -un criterio de conveniencia- sino tener en cuenta
esos valores y también este: las plantas nativas hacen posible
convivir con la naturaleza, de lo cual muchos hablan sin saber qué
significa.
Una de
las necesidades menos satisfechas de las personas para desarrollar la
inteligencia, la capacidad de mirar y oír bien y las emociones,
es la experiencia de la naturaleza, no el horizonte, o césped
liso, sino el paisaje natural "maravillosamente complicado"
como dijo Darwin: bosques, juncales, prados, lagunas, arroyos, plantas
silvestres, animales en libertad. Conocer y sentir todo esto despierta
la capacidad de darse cuenta y entender.
Es muy bueno caminar descubriendo lo silvestre, con el placer de las
sorpresas, activando los músculos, la circulación (todo
lo contrario de mirar televisión). Pasear por lo silvestre puede
compensar la rutina de los que viven en ciudades, entre paredes, líneas
rectas y ruido, con pocos jardines con árboles en líneas
rectas.
Por eso
en Europa, Estados Unidos y Japón se da mucha importancia al
paseo en lo silvestre, esto muchos argentinos ni lo sospechan, ven a
lo silvestre como espacio para hacer negocios. Por eso algunos dicen
que no hay lugar, tiempo, ni dinero para la naturaleza, los usan para
hacer mas de lo conocido: edificios y máquinas, pavimentos y
vidrieras, televisión y propaganda, cultivos de soja y trigo;
el conocer solamente esas cosas causó la crisis actual, el crimen,
la corrupción, la ambición desmedida. Los que no aprenden
a respetar la naturaleza no pueden respetar la vida, el mundo, ni a
los humanos, la capacidad de respetar es una y se expresa hacia todo.
San Bernardo escribió: "Encontrarás algo más
grande en los bosques que en los libros. Las rocas y los árboles
te enseñarán cosas que no aprenderás de maestros".
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Árboles
de la selva que hubo en Buenos Aires, creciendo en el jardín
del autor; el de hojas color muy claro es el "cabá-chinguý"
o "fumo bravo", que ya se ha usado en veredas.
La planta colgante es la llamada "Barba del monte" (no
daña árboles). |
"Ya
no se puede tener naturaleza", dijo un funcionario. Esa frase impulsa
y defiende la destrucción de la naturaleza, la condena a ser
destruida y condena a las personas a no tener acceso fácil a
la naturaleza. ¿Con qué conocimientos, con que investigaciones
profundas y cuidadosas fundamenta esta declaración? ¿Lo
habrá dicho porque de "mas arriba" le ordenaron decirlo,
para abrir el camino para proyectos que se harían en lugares
donde hay o podría fácilmente llegar a haber naturaleza?
¿Qué
preparación, antecedentes, autoridad tiene para condenar a la
naturaleza al exterminio? Es muy posible que solo conozca de edificación,
cemento, negocios, industria y política, todos temas que tienen
valor, pero no son fundamentos para hacer declaraciones, tajantes o
no, sobre la naturaleza en la ciudad. Parece el tipo de personas que
mas necesita la experiencia de la naturaleza. La declaración
que hizo demuestra que es necesaria la naturaleza en la ciudad, hace
evidente su carencia de comprensión. Es probable que de ir por
calles y veredas, desde chico, se acostumbró y por eso cree que
hay que hacer una "rambla" en la Reserva Costanera Sur. ¿Pensará
que es caro reconstruir la naturaleza? La naturaleza se repone por sí
misma si la dejan en paz, la prueba evidente está en la Reserva
Costanera Sur, pero este funcionario cree que hay que "reformarla"
según ideas fabricadas en escritorios, oficinas, gabinetes y
mesas de dibujo.
Estoy a
favor de la verdad y la naturaleza, no contra alguien. Contra el error
y la mentira, no personas. Quiero ayudar a entender, no luchar. Y que
yo o quien sea esté "contra" algo vale poco, lo bueno
es entender porqué es imprescindible hacer muchas cosas de maneras
diferentes a las que se hacen o se desea hacerlas; entender porqué
es necesario cuidar todo lo que hay de naturaleza. Darse cuenta que
la humanidad moderna está destruyendo la naturaleza y que eso
da resultados muy malos para todos los seres: humanos, plantas y animales.
Darse cuenta
que Las plantas, los animales, las rocas, los ríos, todos los
elementos de la naturaleza, son seres que están en este mundo
con nosotros, merecen respeto, cuidado y buen trato por lo que son en
sí mismos. No son nada mas que "cosas" para ser usadas
por seres humanos.
Debería
ser evidente que para vivir tienen que estar bien el aire, el agua (ríos,
mares, lagos, napas subterráneas), la tierra. Por eso, creer
que antes están el poder, la economía, la política,
la ambición, resulta en la destrucción de la naturaleza,
esto aumenta los sufrimientos humanos, y va hacia un suicidio de la
humanidad. Por eso es urgente cuidar y reconstruir la naturaleza, es
lo que hace posible la vida.
Es imposible
la paz entre gente si hay guerra contra la naturaleza.
Lo que
hace surgir a la ambición es el miedo de la pobreza, el sufrimiento
y la enfermedad. Pero la única meta valiosa es lograr la armonía
del ser humano con lo silvestre; toda meta que no incluya esta - o se
le oponga - es ingenua y autodestructiva. Pero cuando llega a un lugar
la sociedad moderna mata plantas, animales, indios, todo. Nivela. Rellena,
entierra. Entuba arroyos, saca rocas. Deja al lugar sin vida, sin naturaleza.
Es imprescindible
hacer al revés: cuidar - y ayudar a recuperar - lo natural lo
más posible en todas partes, relieve, vegetación, animales,
los indios y su modo de vivir... la diversidad, por su efecto directo
sobre el mundo, y por su efecto sobre los conocimientos y sentimientos
de la gente que va a cuidar o destruir.
Las obras
humanas, la urbanización, tienen que estar integradas al paisaje
natural, NO EN VEZ del paisaje natural.