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LAS AGUAS
Camino del Dragón por las
Aguas
El Dragón en las Aguas de la Luz
El Caminante, retratado
aquí como alguien inconstante que viaja por lugares sumamente
inestables, ve claramente el rumbo a seguir.
Esto nos remite a los
tiempos en que debemos ocuparnos de cambiar todo lo que nos rodea y a
nosotros mismos, a partir de una realidad
incontrastable.
En este caso, parte de esa
realidad es la inseguridad de nuestro sostén en la Tierra, que en este
hexagrama se revela súbitamente al Caminante.
Cuando esa realidad
revelada se asienta en la mente despojándola de sus delirios, es
cuestión de tiempo que el propio corazón cambie también. La visión clara
y un corazón estable son cosas imprescindibles para transformar o
sortear las circunstancias más inseguras y
cambiantes.
Claves: Cuando las tempestades exteriores se transladan al propio ser uno debe apoyarse firmemente en lo que conoce como verdadero. Reconocer la propia debilidad es el principio de la fortaleza.
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