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LOS ABISMOS
Camino del Hombre por los
Abismos
El Hombre en los Abismos de las
Penumbras
Trata
de perseguir un espejismo en medio de los m�s grandes abismos. Cuando la
mente est� confusa, la propia energ�a desatada hace la situaci�n mucho
m�s peligrosa, y en este caso, su protecci�n son las paredes de su
propia prisi�n.
A veces, aquello que nos
saca la libertad de actuar tambi�n nos protege de las consecuencias de nuestros actos impremeditados. Esto es tanto
m�s cierto cuando no estamos en contacto con la realidad, pero entonces
no valoramos esto y podemos rebelarnos contra nuestra
situaci�n.
El Caminante cree que ve el
camino, y sus ansias hacen que se estrelle contra las paredes de los
Abismos una y otra vez. Si la cualidad de la Tierra no invade su
coraz�n, pronto se agotar� contra un enemigo invencible en estas
circunstancias.
Claves: El entusiasmo sin claridad es un peligroso enemigo porque no lo parece. En estos casos, aquello que imposibilita la propia acci�n es un amigo, aunque tampoco lo parece.
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