Rol
en el mundo
Este es
el tema clave de todo el fen�meno uraniano.
Para comprender a fondo este tema, es necesario
adentrarnos en otros, tales como qu� es la
religi�n, las leyes de la mutaci�n tanto biol�gica
como energ�tica, y conocer bastante de
esoterismo.
B�sicamente,
el fen�meno de los uranianos est� ligado a lo
religioso. En la sociedad actual ocupan el lugar de
los buscadores de la verdad, que han existido a lo
largo de todos los tiempos.
As�
como en un cuerpo cada c�lula tiene su funci�n, as�
tambi�n la Naturaleza dise�a a cada individuo para
cumplir una funci�n dentro del cuerpo de una especie.
A su vez cada especie cumple un rol en un ecosistema,
y los ecosistemas finalmente tienen - cada uno - su
rol en la Tierra.
En el
cuerpo de una sociedad, los uranianos son como los
ojos del mismo. Son individuos dise�ados para
percibir sobre todo las realidades espirituales. La
enorme mayor�a de la poblaci�n humana carece de esta
capacidad, pero los uranianos compensan esta falta
mirando para todos, de la misma manera que todo un
cuerpo sabe lo que tiene delante de �l gracias a las
pocas c�lulas de los ojos.
En la
antiguedad, la observaci�n de las diferentes
capacidades naturales de los individuos junto con una
comprensi�n b�sica de las leyes de herencia
gen�tica, llev� a la formaci�n de las castas y las
clases sociales. Debemos reconocer en esta actitud
humana una aproximaci�n confusa a un hecho de la
Naturaleza que ahora es f�cilmente explicable a
trav�s de los conocimientos actuales de la
gen�tica.
Entonces,
�son los uranianos la casta sacerdotal hereditaria de
la sociedad tal como en la antiguedad?
Si y no.
En primer lugar, es cierto que los uranianos forman el
grupo humano mas af�n a todas las cosas espirituales,
pero tal capacidad no es necesariamente hereditaria.
Hasta donde hemos visto, un uraniano puede nacer en
cualquier raza, clase social o grupo religioso.
Si bien es observable una tendencia a que padres
uranianos tengan hijos uranianos, a�n es muy pronto
para definir si la uranianidad es hereditaria o no.
Por lo
tanto, estamos hablando m�s de un grupo humano
disperso por todo el mundo, cuya primera acci�n
deber�a ser la de juntarse para as� favorecer sus
capacidades espirituales innatas en beneficio de la
Tierra.